Una foto vale más que mil palabras. Debajo vemos una foto de satélite de la península coreana, tomada de noche. Al sur, alumbrada, Corea del Sur. Al norte, en la oscuridad total, el paraíso socialista de Corea del Norte.
Los revolucionarios cubanos, dogmáticos e intransigentes, dirán que es un montaje, negarán que millones de norcoreanos han muerto de hambre y que siguen sufriendo de desnutrición y enfermedades curables. Negarán que Kim Yong Il es un dictador que vive como un dios, adorado por millones de personas que, desde que nacen, reciben el catequismo de la infalibilidad del Gran Líder.
Y los comunistas cubanos no van a creer que mientras Corea del Sur se encuentra entre los países más desarrollados del mundo, con un nivel de vida entre los más altos de la humanidad, en Corea del Norte la inmensa mayoría de la población vive en condiciones de pobreza extrema, bajo una represión total, sin ningun tipo de libertades civiles o políticas. El régimen de Corea del Norte mantiene un sistema feudal, donde los siervos malamente sobreviven (gracias a la ayuda alimentaria de la comunidad internacional) y el señor feudal navega las calles vacías en una flota de Mercedez Benz.
Y los comunistas cubanos no lo van a creer porque ellos sólo creen lo que les dice el gobierno cubano y sus medios de prensa, que siguen presentando a Corea del Norte como un paraíso de los trabajadores, y al Gran Dictador como un luchador antimperialista que protege la independencia de su pueblo.
Cualquier semejanza con la realidad cubana, no es pura coincidencia.