Silvio Rodriguez, el más conocido representante del régimen cubano en el mundo, ha estado ofreciendo conciertos gratuitos en los barrios marginales de La Habana. Es el mismo Silvio que creció en Centro Habana, viendo las vidrieras llenas y alumbradas de las opulentas tiendas de la calle Galiano, sufriendo por la impotencia de no poder comprar en ellas.
Por eso Silvio apoya incondicionalmente al régimen, porque ahora él si puede comprar en tiendas de lujo. Los que no pueden, los que tienen que conformarse con mirar las vidrieras alumbradas, impotentes por no poder comprar nada de lo que alli se oferta, son los mismos pobres marginados a los que el gran cantautor ofrece conciertos gratuitos. Porque los pobres cubanos no tienen un techo decente donde cobijarse, ni comida suficiente, pero eso si, tienen conciertos gratuitos (muchas veces acompañados con pipas de cerveza aguada y de baja calidad, para que olviden las penas). Y no me malinterpreten, yo se que esos conciertos son importantes, pues al menos ayudan a esos desposeidos a olvidar por un rato sus penurias.
Luego de sus conciertos, al compañero Silvio le gusta llevarse un recuerdo de los rostros de aquella gente trabajadora y humilde. Por eso saca sus dos ostentosas cámaras (una Nikon y una Canon que valen entre 2000 y 4000 dólares cada una) para dar rienda suelta a su otra pasión: la fotografía.
Y es que Silvio es un modelo de revolucionario diferente. Silvio no tiene problemas de vivienda (como todos los altos jerarcas del régimen, vive en una mansión de un antiguo burgués, en un barrio exclusivo de antiguos burgueses), posee un auto moderno importado del capitalismo, viaja al exterior varias veces al año sin necesitar permiso de salida alguno (dicen las malas lenguas que viaja con pasaporte oficial o diplomático) y hasta puede llevar a su esposa e hija con él a esos viajes (la esposa es miembro de su grupo acompañante, pero aún así, es extraordinario que las autoridades cubanas dejen salir a toda una familia completa).
En fin, que con esas pequeñas comodidades y el acceso sin igual a los círculos de poder en Cuba, ¿Cómo no va Silvio a apoyar al régimen que esclaviza a nuestro pueblo? Además, Silvio, al igual que el comandante, nunca ha traicionado sus ideales, el morirá como vivió.
¿Cuántos no quisieran morirse como Silvio vive?