El Problema del Agua en La Habana: Combinación de Dos Desastres

El diario oficial del régimen cubano, el Granma, ha reconocido la crítica situación en la distribución del agua en la capital cubana. Más de un millón de personas reciben el agua a través de camiones cisternas, y un gran porciento del resto de los habaneros recibe el agua de forma irregular (ningún alto dirigente está entre los afectados).

Cuando el Granma reconoce en primera plana la penosa situación es porque de verdad se ha llegado a un estado crítico. No sólo están afectadas millones de personas que ven aún más limitada su calidad de vida, sino que el gobierno se ve obligado a usar sus magros recursos financieros en mantener toda una flotilla de camiones cisterna, con el consiguiente gasto de combustibles y la corrupción que genera.

El problema del agua en la capital cubana no es sólo resultado del tremendo desastre que ha sido la intensa sequía que afecta al país, es en realidad una combinación de ese desastre natural con el otro desastre que ha sido nefasto para la sociedad y la economía cubanas: el régimen mismo.

Durante varias décadas, el régimen se dedicó a implementar planes megalómanos que satisfacían el ego del comandante, pero que no eran realmente necesarios para el pais. La prueba está en que muchos de esos proyectos se encuentran paralizados o desaparecieron. Mientras tanto, la capital cubana fué víctima de la desidia, el abandono y el desinterés del gobierno. El sistema de acueducto y alcantarillado, en muchos casos con redes centenarias, nunca fué una prioridad de un gobierno más interesado en construir túneles para una invasión que nunca llegó o enviar soldados a otros países para mantener su influencia geopolítica en el mundo.

La sequía podrá dejar de ser un día, pero mientras exista el gobierno ineficiente y totalitario que desgobierna al país, los habaneros y los cubanos seguirán sufriendo escaseces y penurias de todo tipo.