viernes, 12 de agosto de 2011

El Mito de la Independencia




Uno de los mayores mitos que ha creado el régimen cubano en cinco décadas de desgobierno, ha sido el mito de la independencia del país. Sin la revolución, dice el régimen, el país seria un salón de recreo de los gringos, donde los cubanos seriamos discriminados ciudadanos de segunda,  y dueños de nada en nuestra propia tierra.

Resulta que es con la revolución que los cubanos hemos sido discriminados y se nos ha expropiado todo tipo posesiones en nombre de una igualdad ficticia. Y es con la revolución que a los extranjeros se les recibe con alfombra roja y tratamiento preferencial. La independencia de la que habla el régimen es la independencia en la que unos pocos en la cúpula del gobierno hacen lo que les dá la gana, se adueñan de todo y arrastran a todo un país y su gente a sus aventuras bélicas, económicas o políticas.

En cinco décadas de revolución, el país  jamás ha sido independiente. En lo político, aunque al principios de los 60 hubo desavenencias con los soviéticos, el régimen tuvo que alinearse con la URSS, que era quien lo mantenía. A pesar de ser miembro del Movimiento de Paises no Alineados, el gobierno apoyó cuanta decisión tomaron los sovieticos: la ocupación de Checoslovaquia en 1968, la invasión de Afganistan (país no alineado) en los 80, el boicot a los juegos olímpicos de Los Angeles en 1984, y muchas otras ocasiones en las que Cuba podía haberse abstenido o no haber sido complice. En Angola, los soviéticos pusieron la mayor parte de la plata y el armamento y los cubanos los muertos.

En lo económico ha sido la misma historia de dependencia total. Primero fuimos los hijos mantenidos de la URSS. Los subsidios de miles de millones que llegaban por una tuberia inacabable, propiciaban el despilfarro y la chapuceria. Los servicios médicos y educacionales, las únicas "conquistas" que puede mostrar el gobierno cubano, nunca han sido sostenibles, pues nunca se han basado en la riqueza creada por el país, sino en los subsidios del exterior. Cuando desapareció la URSS, pudimos ver de verdad lo que el régimen podía ofrecer con los recursos del país: hospitales derruidos y escuelas destartaladas.

El corto periodo de independencia económica y política (mas bien aislamiento) que devino con la caida de la URSS, demostró la precaria situación de un país que dependía totalmente de otro. Por suerte para los ancianos dirigentes y alivio momentáneo para el pueblo cubano, apareció como por arte de magia Hugo Chavez, y Venezuela pasó a ocupar el lugar (aunque en menor escala) de la antigua URSS. Si Chavez perdiera las elecciones en su país y un nuevo gobierno cortara los generosos subsidios venezolanos, la sobrevivencia del régimen de los ancianos estaría en peligro, y las penurias de la gente volverian al nivel de los años 90.

Entonces, ¿de que independencia habla el régimen? La única independencia ha sido la de Fidel Castro, que ha podido hacer todo lo que ha querido con el país. En ese sentido él y sus acólitos han disfrutado de toda la independencia del mundo. Pero el país lleva 50 años dependiendo económica y politicamente de potencias y gobiernos extranjeros: primero la URSS y ahora Venezuela.

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