Hoy cumple 86 años el dictador que más tiempo ha estado en el poder en la historia. Es el cumpleaños de Fidel, y me atrevo a predecir, basado en su desaparición de la escena pública, que será el último. Y no es que desee la muerte de quien ha dividido a los cubanos y ha destruido a la nación cubana al punto de que tomará muchas décadas reconstruirla, sino que por ley natural, al parecer ya su hora va llegando.
Repito que no deseo la muerte del coma-andante (aunque si la muerte del engendro de sociedad que nos ha impuesto por 5 décadas) sino que le deseo mucho tiempo más de vida, para que en sus cada vez más escasos momentos de lucidez, pueda ver como el "socialismo" que tanto predicó, está siendo desmontado; para que vea como cada uno de sus planes megalomanos va siendo eliminado, para que vea el éxito de los negocios privados que él destruyó de un zarpazo; para que vea como la corrupción corroe todos los estamentos de la sociedad, y para que vea, antes de morir, como el hombre nuevo que tan laboriosamente trató de crear con mano de hierro, prefiere irse del país en balsa y morir en el mar, o enajenarse a ritmo de reguetón y drogas.
Ojalá que, en estos sus últimos momentos en la tierra, antes de ir a parar al mismísimo infierno, el comandante pueda ver que todo lo que hizo y por lo cual nos transformó en un pueblo de delatores, aduladores de su culto a la personalidad, y robots, no sirvió sino para destruir a toda una nación. Es decir, no sirvió de nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario