miércoles, 11 de abril de 2012

Los Millonarios Buenos - Parte 2

El comandante y su amigo millonario. Noten la fina platería de porcelana del líder "comunista".

 El actor francés Gerad Depardieu hizo recientemente unas declaraciones en el programa británico de televisión de Graham Norton sobre sus actividades gastronómicas y recreativas en Cuba, junto a su "amigo" el comandante. Es muy interesante ver como este actor, multimillonario y famoso, habla con tal candidez de esa amistad con un líder que historicamente ha presentado a los millonarios como malvados e inhumanos.

El comandante ha mantenido en estas cinco décadas de campaña anticapitalista, excelentes relaciones con muchos millonarios, a quienes ha invitado a Cuba. Claro, esos millonarios son los que han mostrado admiración por el viejo caudillo y han defendido a su régimen, de ahi que el comandante haya decidido invitarlos a su finca y llevarlos a lugares exclusivos, donde los cubanos no pueden ni soñar ir a visitar.

Hasta hace poco, cuando enfermó el dictador, todos los multimillonarios que visitaban Cuba se reunían con él y su hermano, y se les preparaba cenas en su honor, cocinadas según las orientaciones del propio comandante, quien tiene gustos muy refinados en cuanto al consumo de langosta, camarones o paté (lea la entrevista de Depardieu para que conozca del amor del comandante por el "pate"- http://www.mirror.co.uk/3am/tv-film-news/gerard-depardieu-reveals-friendship-with-fidel-756594).

Entre los millonarios capitalistas que gozan del favor del gobierno cubano, y por tanto son glorificados por la maquinaria propagandística del régimen, se encuentran los actores Danny Glover y Sean Penn y el propio Depardieu, los cineastas Oliver Stone y Michael Moore, escritores como Gabriel García Marquez, deportistas como Mohamed Ali o Diego Maradona, y empresarios como Ted Turner, fundador de CNN, y el símbolo del capitalismo David Rockefeller y su hija, Peggy Dulany.

Esa extraña fascinación del comandante con los poderosos del capitalismo, empresarios, artistas de Hollywood, o senadores norteamericanos, contrasta con su retórica antimperialista de cinco décadas. Cierto que el dictador era el jefe de estado y como tal debía recibir a todo tipo de gente, pero muchas de esas visitas no se realizaban por razones de estado, sino para satisfacer la curiosidad de los famosos y la vanidad del comandante. 

Si usted realmente detesta a los explotadores de los obreros, no se sentaría a la mesa con los mismos, ni los recibiría con tanta pompa.El comandante siempre ha sido un hipócrita que ha impuesto al pueblo cubano restricciones que no ha tenido para sí. Su relacion con tantos millonarios y poderosos capitalistas lo demuestra.

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